Seis años duró esta experiencia en la cofradía de la Santa Vera Cruz, que podía haber establecido, con la Cofradía de Jesús de la Rosa una noche con diferentes procesiones de las dos cofradias ,como ocurre en tantos pueblos, y estableciendo un recorrido oficial, como sugeria el escrito del profesor Pelayo. Pero no fue así. La cofradía de Jesús de la Rosa aún tardaría una decada en reorganizarse y, por otro lado, en el invierno de 1.970/71 se hundió el tejado y la boveda de la ermita de la Vera Cruz, por lo que resultó imposible su salida procesional. Pero la semilla de la inquietud estaba ahi echada.
Cinco años duraron las obras, restauración de las imagenes y retablo, equipamiento de bancos, zócalo de mármol, fachada de la ermita, etc... En 1.976 se bendijeron las obras volviendo el culto a la Ermita y la cofradía pudo organizar las fiestas del Día de la Cruz; no siendo posible asumir de momento la salida procesional de Semana Santa, que durante estos años y hasta 1.987 en que definitivamente se incorporó a la misma, solamente salió en dos ocasiones, una el Miércoles Santo y la segunda la primera salida en Domingo de Ramos.
Dos años más tarde, apropuesta de la Cofradía de la Vera Cruz, se fundó en el seno de la Agrupación de Cofradías un pequeño boletín que recogia el horario de los cultos cuaresmales de todas las Cofradías de Semana Santa, los horarios del Trio Sacro de las dos parroquias y el horario de salida de todas las estaciones de penitencia, incluso de las que no formaban parte de la Agrupación de Cofradías.
M.G.I. Revista La Vera Cruz 2007